RFID VS LA FALSIFICACIÓN DE VACUNAS
Conoce cómo la tecnología RFID ayuda al ámbito farmacéutico a combatir la distribución de vacunas no genuinas.
Siempre que la demanda supere la oferta, los delincuentes aprovecharán la mínima oportunidad para cometer acciones ilícitas. Lamentablemente, las vacunas contra el COVID-19 no se salvan de este tipo de actos.
En abril del 2021, la BBC informó que se habían administrado 80 vacunas en una clínica en México, con etiquetas falsificadas de Pfizer. Si bien, la sustancia con la que se les inyectaba no fue dañina, no brindaba ninguna protección contra el COVID-19, a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) describe como un "riesgo grave para la salud pública mundial" ya que, las personas que reciben vacunas falsas, pueden ajustar su comportamiento y dañar su propia salud y la de otras personas, sin saber que aún son vulnerables al virus.
Un mes antes, INTERPOL informó que su Programa de Bienes Ilícitos y Salud Global había interrumpido las redes de distribución criminal y recuperado 400 vacunas falsas en Gauteng, Sudáfrica, y 8.000 en China. El Secretario General de INTERPOL, Jürgen Stock, describió el botín como “la punta del iceberg” en vacunas falsificadas.
En marzo, CNBC también informó sobre la advertencia del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien dijo: “Pedimos a todas las personas no comprar vacunas fuera de los programas de vacunación administrados por el gobierno. Cualquier vacuna fuera de estos programas puede ser deficiente o falsificada, con el potencial de causar daños graves”; “Instamos a la eliminación o destrucción segura de los desechos de vacunas usados y vacíos para evitar que los grupos criminales los reutilicen”.
Anticipándose a esta tendencia delictiva, Lyngsoe Systems A/S tuvo la idea de desarrollar una manera en la que los proveedores del sector médico pudieran tener un sistema completo y fiable de la administración de vacunas, identificando y dándo seguimiento a las mismas desde que salen de laboratorio hasta la clínica.
Junto con OMNI-id y Axzon, desarrollaron una prueba de concepto de una etiqueta RFID sin batería que permitiría monitorear el estado de las vacunas en tránsito y almacenamiento.
Al integrar la etiqueta de sensor RFID especialmente desarrollada con su software de monitoreo, que se ejecuta en su estación de trabajo móvil y lector RFID, Lyngsoe Systems demostró a las compañías farmacéuticas cómo las etiquetas de bajo costo podrían usarse para medir tanto el volumen de líquido como la temperatura de contenedores individuales, para entregar un sistema de administración de lotes de vacunas de extremo a extremo que ahorre tiempo y dinero y salve vidas.
Esta solución permite leer hasta 200 etiquetas de vacunas a la vez, desde 1.5 metros de distancia, lo que acelera el proceso de verificación del origen, la autenticidad y la seguridad de los suministros a medida que se reciben y son transferidas a congeladores y frigoríficos antes de la dilución y administración.
Para garantizar a los médicos que las vacunas son auténticas, cada etiqueta inteligente lleva un identificador único, una firma digital y un número de serie, que caducan automáticamente una vez que el vial está vacío, para evitar la reventa y reutilización de las etiquetas por parte de organizaciones criminales.